Los discursos pueden pervertirse porque no tienen propiedades intrínsecas, según mi profesor de análisis de discursos Eliseo Verón. Es decir, ningún discurso tiene sentido sino en el contexto de otros discursos, por eso no tenemos idea de lo que significan las pinturas llamadas rupestres, porque no conocemos sus contextos, es decir con qué textos adquirían sentidos cuando se pintaron. Cuando imaginamos ese sentido es porque lo interpretamos de acuerdo con nuestros actuales discursos, como Picasso.
El discurso de Charlie hebdo se encalamocó porque el atentado lo acorraló dentro del discurso cenagoso del terrorismo, en que nadie sabe quién es quién ni qué es qué. No habían sepultado a las víctimas cuando su discurso se asoció con el de los terroristas de Estado Sarkozy, Hollande, Cameron, Rajoy, Netanyahu, etc. Cualquier cosa que dijese estaba diabólicamente secuestrada por ellos, por irreverente que fuese.
El secuestro del discurso de Charlie hebdo pasó por dos masacres el mismo día. No me internaré en conjeturas sobre los reales autores de los atentados porque hay una maraña perversa allí, que pasa por el suicidio, en la madrugada siguiente, del segundo del equipo de investigación y la presencia intrigante de Jeannette Bougrab, una notoria militante de derecha, vinculada con el sionismo, que anduvo de plañidera al declararse unilateralmente viuda de Charb, el director asesinado de la revista. Digo unilateralmente porque ni el asesinado la mostró como su pareja de hecho ni la familia de él la reconoce como tal. Es demasiado avieso todo como para tener seguridad de nada, sobre todo desde tan lejos. Solo sé, en análisis discursivo, que cualquier cosa que el semanario diga está hipotecada por esa greña perversa, al punto de que, prudentemente, el semanario dejó de circular durante seis semanas.
Ah, porque la maraña pasa por el dineral que produjo la tragedia a un semanario en quiebra. La venta de ocho millones de ejemplares del «número de los sobrevivientes» que se hizo luego de la tragedia y de 2,5 millones de la edición del 25 de febrero, y un montón de donativos millonarios, añade más perversidad. Constituyeron fondos con ese dinero para los familiares de las víctimas y sobrevivientes heridos. Pero la codicia está a la orden para completar el trabajo de perversión. Son seres humanos sometidos al vaivén de los grandes aparatos de Estado involucrados y de sus propias debilidades.
Así pasa con el discurso internacional contra Venezuela. Los mismos aparatos que enrarecieron el contexto de Charlie hebdo ahora forjan el cuento de la dictadura. Filtran y pervierten los hechos para la telenovela de la tiranía.
Se encadenan los discursos de Washington con los del PP, el PSOE y Podemos, pasando por otros Estados súbditos para inventar la dictadura, cual hicieron con países que devastaron. Los venezolanos estamos evitando que nos devasten porque en las colas, donde hay chavistas y antichavistas, no hubo los desórdenes que instigó la oposición. Y el antichavismo no ha salido a marchar masivamente, como preveía el golpe. Es decir, solo un ínfimo grupo de venezolanos está en procura de la devastación. ¿Tú la quieres?
roberto.hernandez.montoya@gmail.com / @rhm1947
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