lunes, 16 de marzo de 2015

Irene Selser: Venezuela: las dos caras del conflicto

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La crisis en Venezuela tiene dos caras: la injerencia histórica de EU en América Latina, en este caso en el país con las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo, además de primer productor de crudo del área; y la crisis interna en una nación polarizada a favor y en contra de un proyecto, el llamado “socialismo del siglo XXI”, un “nuevo modelo histórico” según propuso en 1996 el alemán Heinz Dieterich Steffan, siendo adoptado públicamente en 2005 por el presidente Hugo Chávez en el quinto Foro Social Mundial de Brasil. El modelo refuerza el control del Estado sobre la economía y aspira a lograr idílicamente una “sociedad democrática, participativa y sin clase”; algo impensable en la Latinoamérica de hoy, donde hasta la Cuba de Raúl Castro está desandando el fracasado camino anticapitalista emprendido por Fidel medio siglo antes.

En el caso de Venezuela, y aun sin el devastador bloqueo que EU mantiene aún sobre Cuba, el socialismo chavista derivó también en autoritarismo y represión interna; un escenario que podría empeorar tras la declaración de Obama, que el 9 de marzo designó a Venezuela como una “amenaza a la seguridad nacional” de EU.

Abordamos este tema el viernes en la cadena CNN en entrevista con Carmen Aristegui, y frente a algunas críticas de la audiencia quiero ser muy enfática en mi posición.

Considero que, en efecto, hay una voluntad intervencionista de EU en Venezuela como lo hizo contra Salvador Allende en Chile, dando paso al sangriento golpe de Estado de Augusto Pinochet (1973) y su férrea dictadura militar de 19 años, cuyas leyes aún siguen sojuzgando a los chilenos; y como lo hizo también contra la Nicaragua sandinista (1979-90), bloqueada una década en lo económico y militar por la doble administración de Reagan y su guerra de los contras, cuyo desenlace, a la vuelta de los años, ha sido el retorno al poder de un desconocido Daniel Ortega, cuyo mandato descansa en la violación del orden constitucional —como lo hizo durante 50 años la dinastía de los Somoza, puesta y apoyada por EU.

También coincido con el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien dijo que “la amenaza a Venezuela es una amenaza a toda América Latina y el Caribe”, cuando EU “ya no puede garantizar golpes de Estado (porque) se defiende la democracia”.

Pero también, como Morales, que en 2009 se deslindó del “socialismo del siglo XXI” y optó por un entendimiento con el empresariado, rechazo ese engendro de modelo que no incluye el consenso y sí el aplastamiento de cualquier forma de disidencia.

Fuente: milenio.com

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