lunes, 23 de marzo de 2015

Alice Socorro Peña Maldonado: ¿Cómo superar la mediocridad y mendicidad que nos caracteriza?

Educar es templar el alma para las dificultades de la vida.” Pitágoras

Todos y todas tenemos alguna experiencia que marcó nuestra vida, algunos anhelos y afanes que comenzamos y llegó a feliz término. Todos y todas hemos vivido alguna experiencia significativa que generó muchas expectativas en nosotros y nosotras y pasado el tiempo quedó a medio andar o no pasó nada. Incluso tenemos en nuestra caja de recuerdos, ilusiones y sueños que vemos que no resultó en nada pero que nos dice que esa moción era realmente lo que habíamos de haber hecho para lograr aquello que aún tenemos pendiente en nuestras necesidades e intenciones personales o como parte de un pueblo tenemos que llevarlo a buen fin.

Hoy al inspirarme con el legado y herencia de Hugo Chávez Frías que conocemos como el Plan de la Patria (2013) y que constituidos en los 5 objetivos históricos resultan el telos u horizonte al que debemos visualizar individual y colectivamente como venezolanos y venezolanas, como hijos e hijas de nuestra Patria/Matria libertaria, solidaria e irreverente. Patria/Matria libertaria porque amamos nuestro modos de ser libres para liberar como llamado simbólico e imaginario ancestral, Patria/Matria solidaria porque nos pensamos Una como Humanidad y como pueblos del mundo que se valoran, respetan y se apoyan mutuamente y en sana interdependencia y Patria/Matria irreverente porque no nos inclinamos ni idolatramos los poderes maquiavélicos del sistema mundo que busca someternos, dividirnos, manipularnos e invadir nuestras conciencias.

Al observar los 16 años del proceso bolivariano (1998-2015) podemos encontrar innumerables logros que no nos deben distraer ni desvanecer la intención original que hizo posible su nacimiento. Pero podemos encontrar intuiciones como el desarrollo endógeno y Nueva Institucionalidad para el Poder Popular del cual no se concretó ni profundizó lo debido y se quedó en panfletos publicitarios y propagandísticos. Hoy asistimos a una necesidad imperiosa que haga de nosotros y de nuestra nación/territorio un Estado autárquico y con producción endógeno (capaz de producir todo lo que necesitamos y aspiramos para nuestro desarrollo integral). Podemos evidenciar que procesos como la participación ciudadana  (CRBV, 1999), la construcción de políticas públicas desde el poder popular constituyente (LOAP, 2008), el fortalecimiento de la contraloría social (LCS, 2010), se han quedado en el papel y hemos ocultado su componente revolucionario para resolver de una vez por todas los problemas que afectan a la población en sus ciclos etarios (niños, jóvenes, adultos y ancianos) y transformar de fondo los sistemas y estructuras heredados, por unos más adecuados a los retos y exigencias que como seres humanos hemos tomado conciencia de lo que somos, podemos y debemos vivir y estar.

Todo a media maquina

“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” siempre lo recordaban nuestras madres para evitar que nosotros nos acomodáramos cuando alcanzábamos algún objetivo o meta que nos habíamos propuesto con anterioridad o que simplemente se logro sin saber las causas, ya sea en el ámbito familiar, espiritual, académico, laboral, económico, entre otros. Se trataba muchas veces de suerte de principiantes que ocurre a todos para animarnos a seguir pero solemos tomarlo como la meta final.

Es necesario recordar este refrán, pues solemos refugiarnos en la zona de confort para disfrutar de los laureles que nos hace sentir felices, capaces, más seguros y confiados en el poder de la voluntad y de la acción real. Si esto es importante, mantenerse en esa zona más de lo debido, tiene un efecto de atrofia, modorra y adormecimiento intelectual para levantarnos con las mismas dudas como si fuese la primera vez que nos proponemos hacer algo.

Carrera de caballo y parada de burro

Cuando hago una mirada retrospectiva de la cuarta república, los planes hacia los pobladores (no digo ciudadanos pues no se trata solo de tener una cédula) que iniciaron los diversos partidos en el gobierno se quedaron a medio caminar. Si se llegó hacer, lo destruyó la no evaluación de los resultados, la falta de mantenimiento y cuidado, la desidia de quienes liderizaban esas instituciones, la baja ausencia de conciencia crítica y propositiva de los beneficiarios y funcionarios públicos, la inoperancia de los controles de calidad en los servicios, las quejas frente un Estado sordo preocupado solo en gastar y no en invertir a largo plazo. Todos estos señalamientos para indicar que lo que podía ser, en un principio todo posible, se convertía luego en algo en desuso, en inservible, en insuficiente, en decadente y en desgaste y pérdida general.

Una de las causas que deslegitimó la democracia representativa fue cuando quienes la representaban se encargaron de enriquecerse y dar la espalda a las necesidades, intereses y expectativas del elector. Sabemos que esta democracia fue “de dedo” - pues los que llegaban allí eran los “títeres” impuestos por los acuerdos del “punto fijismo” – ellos no tenían interés alguno de trabajar por el pueblo sino de mantenerse en el poder para satisfacer las necesidades, intereses y expectativas de las élites que integraban a los partidos de AD y Copei y sus amigos, aliados y socios como lo fueron de hecho las élites empresariales, militares, religiosos, académicos y mediáticos.  Componenda que hizo muerta y conspiró con el espíritu de la Constitución de 1961.

Todo el discurso del Estado de Derechos y su garantía por parte de la institucionalidad y que  los planes quinquenales debían dar cuenta resultó una gran mentira, donde un pueblo esperaba su concreción, es decir la garantía de todos sus derechos bajo la protección de un Estado e instituciones mientras sus directores y gerentes solo buscaban enriquecerse a costa del empobrecimiento de las mayorías, malversando los dineros públicos, eliminando programas sociales, privatizando las instituciones no sin antes empobreciéndolas para venderlas al inversor extranjero como lo planificó el consenso de Washington para los países de NuestraAmerica pero que ellos la veían como simple patio trasero donde extraer recursos baratos.

Preferimos los atajos para no construir el camino correcto

El discurso de la constitución del 61 que prometía la mejor carrera de los políticos de entonces, se convirtió en realidad en la peor pesadilla cuando los partidos de las cúpulas social demócrata y demócrata cristiana, tercos en sus pretensiones de élite política como burros, impidieron transitar el camino de la democracia anhelada por el pueblo. Pero ese pueblo inmerso en la desesperanza aprendida (Caracazo, 1989) hizo conciencia de sí y retomó un nuevo aliento con la esperanza de un POR AHORA (Rebelión, 1992) que permitió ver la posibilidad de concretar su sueño cuando en las elecciones (1998) apostó y votó  a ganador. Y fue Hugo Chávez Frías quien con su programa de gobierno “Agenda Alternativa Bolivariana. Una Propuesta Patriótica para salir del Laberinto” abría un nuevo capítulo de nuestra historia republicana.
En estos 14 años es mucho lo que hemos aprendido como ciudadanos con conciencia de pueblo. Nos hemos dado cuenta que es necesario tener voluntad de poder para lograr concretar nuestros sueños y anhelos propios y colectivos. Que todos somos útiles y necesitamos acuerdos para que los logros sean permanentes. Que estamos unidos en el qué pero divididos en el cómo, pues las ideologías eurocéntricas del siglo pasado y antepasado todavía persisten y privan en nuestro pensar y actuar y que no hemos generado aún consensos desde nuestras propias visiones donde los imaginarios ancestrales resultan más sencillos pero por ello no menos profundos, audaces y pertinentes. Qué nos cuesta encontrarnos por nuestros miedos a ser nuevamente burlados e irrespetados. Que el capitalismo y neoliberalismo inoculó en nosotros la desconfianza, la descalificación y un sálvese quien pueda que nos fragmenta como humanos. Que tenemos la suficiente edad para exigir respeto por nuestro modo solidario de hacer las cosas y entender el mundo. Que exigimos el respeto de nuestra territorialidad y quienes vengan debe enterarse de quiénes somos y sentipensamos y que si no les gusta se pueden ir por donde vinieron. Que después de 500 años de habernos expropiado de nuestra propia tierra (ya sean los españoles, los franceses y los norteamericanos, incluso los ingleses y colombianos) decimos que ya estamos cansados de hacer lo que otros quieren de nuestra patria (patrimonio) y de nuestra matria (nuestros hijos e hijas). Que muchos inmigrantes han dado aportes al país pero que existen grupos de estos que no aman ni valoran ni respetan la patria de nuestros ancestros y de nuestros próceres libertadores pero quieren apoderarse de ella para vendérsela a las trasnacionales. Que se acabó la paciencia para aquellos que pretenden seguir haciendo de nuestra patria/matria un  lugar para el despojo, la depredación y la deshumanización de los nuestros. Que asumimos las víctimas del proceso globalizador que quieren ser maquinitas de dinero, vender su cuerpo y energía como mercancía al mejor postor, que solo sueñan tener el juguetico tecnológico de moda pues todos ellos, son también nuestros hermanos y hermanas que debemos liberar para que retornen a lo mejor de sí y al propósito real, simbólico e imaginario para el que nacieron y que perdieron por dejarse llevar por las maquinarias culturales occidentales que solo quieren robot sumisos, idiotas (no tengan idea de la realidad) e imbéciles (que valoran y actúan con los argumentos de otros y no del nosotros).  Estos aprendizajes nos ha costado “alma, vida y corazón” a todos los venezolanos y venezolanas de buena voluntad y por eso sentipensamos que la lucha aún está por darse y con mayor coherencia, responsabilidad y respeto por lo que fuimos, somos y seremos.

Nuestro pueblo ha tomado conciencia que no podemos retornar a los gobiernos y partidos puntofijistas que para colmo terminaron dando el Estado a las élites empresariales (Fedecámaras) que autonombrándose “Sociedad Civil” y ONG`s iniciaron la privatización del país para vendérselas a las trasnacionales a precios de gallina flaca. Faltaban por vender PDVSA y Chávez lo impidió al retornar el valor del barril petrolero al reimpulsar los debates en la OPEP para exigir un aumento de los precios petroleros en el mercado internacional. Pero esa misma “sociedad civil” montó el golpe de Estado en el 2012 y el golpe petrolero 2013 por rebeldía y resistencia frente a la autoridad legítima y legitimada por un pueblo y que obediente al mandato del pueblo volvía a su cauce todo lo que le pertenecía por naturaleza propia. Estos hechos y acontecimientos históricos nos confirmó que “mirar para atrás, ni pa´ tomar impulso”. Pero también nos convocó a mirarnos y proyectarnos en el futuro, pensando en las próximas generaciones. Y es con los 5 objetivos históricos del Plan de la Patria (luego de la aplicación de tres Planes de Desarrollo Económico Social) donde podemos gritar en colectivo “Pa´ delante es pa`llá”.

Parafraseando estos objetivos históricos podemos decir que necesitamos transitar la Independencia histórica/cultural e interdependencia regional latinoamericana, el ecohumanismo para el buen vivir y la plenitud de la vida como seres humanos y ciudadanos; el ecosocialismo para potenciar lo que somos en medio de un sistema mundo que ha convertido la comunidad de las naciones en un mercado consumidor y detractor de recursos bioenergeticos; la multipolaridad y respeto intercultural entre los pueblos y naciones del mundo donde se gobierne para la paz y la justicia; y la búsqueda del equilibrio entre las relaciones propias con la Cosmos/MadreTierra que como sujeta de derechos debe ser respetada y honrada por todos sus hijos e hijas y nadie puede adjudicarse facultades para hacer guerras y conquistar el espacio estelar.

Frente a estos objetivos estamos consolidando el proceso bolivariano y comenzando una nueva etapa, la revolucionaria. Esta no solo interpela nuestra conciencia y nos convoca a levantarnos de nuevo sino que nos impulsa a construir nuevos métodos e itinerario para no cometer errores que hemos cometido en el devenir histórico y que urgen hoy visibilizar en el marco de las sociologías de las ausencias y emergencias. Porque es sano reconocer nuestras cegueras y equivocaciones que hemos cometido ya sea en el plano personal, grupal, comunitaria, colectiva, institucional,  entre otros. Ya se acabaron los tiempos para los atajos que nos hicieron mediocres y mendigos, las trampas al tiempo para dejar para más tarde lo que tenemos que hacer hoy.

Ahora como todo un pueblo con la conciencia y acción sociopolítica necesaria desde un liderazgo participativo podemos construir el gobierno del, desde, para y con el pueblo, poniéndolo el ojo a  todas las estructuras y sistemas existentes (políticas, económicas, sociales, culturales, educativas, etc.) y que necesitamos recrear y dar sentido, orientación y direccionalidad desde los cinco objetivos. Gobierno de pueblo en igualdad y horizontalidad, comunitario, productivo y distributivo de la riqueza, donde todos nos sintamos co-realizadores y ganadores. A quienes le corresponda asumir la dirigencia pro-tempore debe reconocerse con saberes, conocimientos, capacidades, destrezas y habilidades para asumir compromisos con los otros cuyo ideario sea el bien y la paz para todos desde la justicia y compasión de unos con otros. Desarrollando liderazgos compartidos donde la verdad prive para el bien de cada uno y donde la mentira y la carencia de valores éticos/morales sea considerado una amenaza para la vida de todos.

De no hacerlo, la suerte de Sísifo nos acompañará, como lo alertó muchas veces Chávez. Para ese entonces planteó repetidas veces la formulación, aplicación y evaluación de una política comunicacional endógena y exógena pero que va mucho más allá de esto, pues al no hacer los cambios y transformaciones profundamente culturales, educativas e institucionales y por ende, comunicacionales (en cuanto interrelaciones e interacciones cónsonas con el propósito originario), la intención corre el riesgo de sucumbir frente a las condiciones y factores que precedieron al proceso bolivariano en 1998 pero que aún siguen vigente y sus actores visibles (líderes de la cuarta república) e invisibles (alianzas ocultas externas e internas) buscan abortar todas las decisiones y acciones a favor del pueblo reivindicado de Guaicaipuro, Bolívar y Chávez.

Necesitamos constituirnos como potencia y energía creativa y liberadora de modo deliberativo. El Poder constituido hasta ahora no lo puede hacer sin nosotros como pueblo constituyente. Ya no podemos estar justificándonos de lo que no hacemos, y menos quejarnos y criticarnos hasta destruirnos como lo desean los opositores y enemigos del proceso que también lo tenemos adentro y podemos como pueblo quedar sin “el chivo ni el mecate”.

Metodología para salir de la mediocridad y mendicidad
 

Ya Simón Rodríguez nos llevó a la conciencia de su “inventamos o erramos”. Si inventando podemos fallar, caer en el error y equivocarnos ¿qué será si no lo hacemos? Estaríamos perdidos inexorablemente. No seamos punitivos frente al que actúa, solo seamos observadores y sistematizadores del aprendizaje, de lo que podemos y debemos hacer o no hacerlo por las consecuencias que originan.

Existe la tendencia en nuestra población a señalar, a culpabilizar, a descalificar al otro que actúa y nunca dice nada de aquellos que no hacen ni dejan hacer ni para ellos mismos. Ya lo decía San Pablo de Tarso a la comunidad de Tesalónica cuando recibió quejas de algunos sobre la ociosidad y vaguería con que vivían algunos que se comían la riqueza de otros y no aportaban nada para el beneficio de todos: “El que no trabaja que no coma”. Un ejemplo que tenemos los venezolanos son los empresarios venezolanos “Made in Fedecámaras” que siempre obtuvieron dólares sin trabajar, solo llamaban al extranjero para que enviaran la mercancía, sobre todo si era lujosa, inútil y costosa. Con este proceso, estos se han enriquecido y beneficiado mas, pues no solo siguen pidiendo dólares petroleros sino que como ha habido una mayor distribución del dinero, el pueblo al tener poder adquisitivo y una mente colonizadora consumista hemos reeditado el ta`barato dame dos mayamero de los años 70 cuando ingresó dólares gracias a la nacionalización de la industria petrolera. Este hecho histórico generó un fenómeno cultural, social, económico, político que todavía impacta en la vida cotidiana e institucional y por tanto el proceso bolivariano se ha visto afectado por el imaginario que la sustenta que nos hace ciudadanos mediocres y empresarios mendigos. Y el político y la institucionalidad que no asume esta realidad que forma parte de nuestra imaginería colectiva actúan irresponsablemente pues no toman las medidas para formar al ser humano que necesitamos urgentemente. La televisión pública del sector estadal y privada tienen una responsabilidad grave en esto, sin embargo estas suprimen su deber de educar y las terceriza o delega a las escuelas y universidades y la televisión por cable y la publicidad que galopa sola y sin control resulta alienante debido a que promueve intereses de las grandes trasnacionales.

Cuando los objetivos históricos representan nuestro telos colectivo

¿Qué hacer? Necesitamos encontrarnos en un diálogo de saberes y de conocimientos pero también de análisis profundo de nuestras prácticas sociopolíticas y educativas-tecnológicas, así como productivas y consumidoras. Necesitamos ir de la crítica constructiva a la propuesta recreadora y de la propuesta recreadora a la práctica transformadora. Necesitamos hacer acuerdos sociopolíticos desde el entendimiento de lo que nos conviene.

Necesitamos sistematizar la experiencia aprendida en todos los ámbitos constitucionales: derechos civiles, políticos, sociales, económicos, culturales y educativos, ambientales y de pueblos indígenas. Necesitamos asumir aprendizajes y descartar aquello que no funcionó, ni funciona ni funcionará. Se trata de comenzar por nosotros mismos desde la experiencia significativa que nos hace cultivar lo mejor de nosotros y producir lo que queremos para nosotros.

El bien se constituye con la bondad, la verdad y belleza que hay en todos y cada uno de nosotros, y la paz es el resultado de realizar aquello que debemos hacer para el bien de todos y cada uno de nosotros. Por eso, la familia tiene una tarea única e irremplazable que en corresponsabilidad con su comunidad hacen de lo humano lo mejor de sí pues siembra las semillas que darán su fruto a su tiempo. Pero también, la familia y la comunidad se han convertido en un lugar para generar los gérmenes que enferman y disminuyen las defensas para ser hombres y mujeres libres, solidarios e irreverentes. Muchas veces, se externaliza la responsabilidad a otros, los amigos, la religión, la escuela, entre otros. Y nos olvidamos que existen personas que pueden hacer daño, y que obran con intereses perversos.

Pero al igual que la familia y la comunidad se convierten en víctimas (echan culpa a otros de lo que incluso hicieron mal o dejaron de hacer) en lugar de protagonistas (los primeros en luchar, combatir, proteger y cuidar a los suyos y sus espacios públicos) requieren y necesitan de la presencia de las instituciones del sector público y privado como espacios para educar lo humano, para producir el hombre y la mujer que necesitamos ser y es urgente formar para encaminarnos en los cinco objetivos históricos, pues estos responde a superar la anti-cultura de mediocridad y mendicidad que nos caracteriza y tenemos que entenderla para encontrar los correctivos necesarios que permitan encaminarnos en un modelo para los pueblos del mundo.

Para esta tarea histórica olvidémonos de los atajos de la mediocridad y la mendicidad, necesitamos abrir los surcos correctos para construir caminos. Y como somos muchos los que vamos con voluntad de sentido, direccionalidad y orientación se abrirán los cinco surcos para convertirse en ríos de utopía a ser recorridos por otros pueblos. Pero nos toca a nosotros convertir un Plan/Ley en fuerza recreadora, liberadora y transformadora de lo humano. Y veremos que la mediocridad y la mendicidad la venceremos por obra de nuestra fe, esperanza y amor hacia nosotros mismos, hacia los pueblos y la espiritualidad silenciosa contenida en nuestras culturas ancestrales y en nuestras propias singularidades como seres humanos.

* Comunicadora Social y Organizacional
Profesora e Investigadora en la UBV

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