El pasado 1º de marzo, varios medios daban cuenta de una noticia que fue cobrando importancia en los días sucesivos, y que viéndola bien tiene un significado nada intrascendente. El hecho ocurrió en el marco del cierre de la 56 edición del prestigioso Festival de Viña del mar, el cual había quedado a cargo del mundialmente conocido artista venezolano Oscar D’ León, mejor conocido como “El diablo de la salsa”.
Diarios como El Correo del Orinoco reportaron que, al advertir lo que decía la pancarta, Oscar “no disimuló un gesto de gentil desaprobación al mensaje que impulsaron un grupo de artistas extranjeros y del patio con el que pretendían presentar al mundo que en Venezuela había una masacre durante las protestas del 2014”. El famoso salsero había puesto a bailar a la concurrencia en plena madrugada, y justo antes del fin del show, D’ León bajó del escenario a compartir con un grupo de admiradores que estaban en el público, entre quienes había varios venezolanos.
Oscar saludó afectuosamente, con el calor que lo caracteriza. Como era previsible ¿O pudo no serlo?, sus admiradores le dejaron varios presentes, incluyendo algunos carteles con mensajes de apoyo a su carrera y a Venezuela. Pero hubo uno que el sonero no tomó ni aplaudió: un cartel en el que se leía “SOS Venezuela”. Lo primero que hay que recordar, es que este mensaje fue difundido por artistas nacionales y extranjeros de la más diversa catadura en el marco de la violencia guarimbera que dejó un saldo de 43 muertos y más de 800 heridos durante el año 2014, y formó parte indudablemente de la intensa campaña mediática que intentó proyectar la imagen de la Venezuela sumida en el caos, como parte de la estrategia de desestabilización y “la salida”.
Esta es una verdad comprobable y, por cierto, superada. Ahora bien, ¿Se está alineando el sonero del mundo con el Gobierno bolivariano por haber rechazado un mensaje fuera de contexto e impregnado del inconfundible tufillo intervencionista? ¿Eso hace de Oscar D’ León un chavista radical rodilla en tierra? Aunque, evidentemente la lógica polarizante así podría sugerirlo, la respuesta es No. Desde esta perspectiva, el artista tuvo una actitud digna y respetable, y demostró con magnanimidad que no se iba a prestar al jueguito mediático contra su país, indistintamente del perfil político, en un festival que fue visto por unos 180 millones de televidentes en todo el mundo.
Sin embargo, portales como Lapatilla.com titularon que Oscar D’ León le “había dado la espalda” al cartel “SOS Venezuela”, presentándolo sutilmente como un artista que “desentonó” con su actitud, dado que el mensaje “se ha vuelto frecuente en diversos eventos del mundo del entretenimiento como forma de protesta ante la crisis que vive el país”. Que nosotros sepamos, el mensaje fue difundido durante las guarimbas del año pasado, y su frecuencia se vino abajo tan pronto como fracasó dicha estrategia subversiva.
Ante la polémica suscitada en las redes sociales, el sonero se manifestó a través de su cuenta en twitter: “Yo tengo el mismo derecho de luchar por la convergencia en mi país, como tú tienes derecho a ser Chavista y tu de ser Oposición, o no?”. Luego, añadiría: “le agradezco a todo aquel que no crea en la unión en mi país que no me siga y punto. No defiendo a ningún color político. Todos son iguales”. Está claro el sonero, porque con su actitud “neutral”, rechazó el injerencismo internacional contra el cual el Gobierno bolivariano ha luchado desde siempre. El mensaje final: todo venezolano sensato debería adoptar la actitud del sonero, indistintamente de su “color político”.
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