lunes, 16 de marzo de 2015

Amaury González: Triana Cordoví y la construcción de sociedades menos igualitarias pero más justas

Amaury-gonzalez-triana-cordovi-y-la-construccion-de-sociedades-menos-igualitarias-pero-mas-justas
Desde que el pasado diciembre, Raúl Castro y Barack Obama anunciaron la liberación de algunos presos políticos y el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, muchos en América Latina y el mundo están a la expectativa de lo que ocurrirá en Cuba, frente a la perspectiva de un eventual levantamiento del bloqueo comercial, económico y financiero que Estados Unidos le impuso a Cuba hace décadas, y las consecuencias que esto traerá para el socialismo cubano, el cual se encuentra el pleno proceso de actualización.

En artículo anterior, dimos inicio al análisis de las reflexiones vertidas por Juan Triana Cordoví, miembro de
la Comisión Asesora para los Lineamientos Económicos del Presidente Raúl Castro, en entrevista con el director de Hinterlaces, Oscar Schemel, durante la edición del pasado 8 de marzo del programa Análisis Situacional. En un contexto que implica la apertura de la isla a las inversiones extranjeras, al capitalismo, nos hicimos dos preguntas que traemos de nuevo a colación:

¿Cómo será el socialismo que se construye en la Cuba revolucionaria en el contexto del proceso de re-actualización del modelo en pleno proceso que se viene dando en ese país?

Pero, además: ¿Qué implicaciones tiene para la Revolución bolivariana y la izquierda latinoamericana este nuevo paradigma emergente que viene cobrando fuerza en una isla que, al tiempo que ha dejado de ser una fortaleza asediada, se va abriendo al capitalismo mundial?

El tema nos parece de una gran importancia, en primer lugar, porque Cuba ha sido referencia histórica para los revolucionarios latinoamericanos. Segundo, por las estrechas relaciones que ha mantenido con la Venezuela en los últimos años de Revolución bolivariana, y por unas afinidades ideológicas que tienen que ver más con un conjunto de acciones y políticas pragmáticas que están en pleno desarrollo, que con “los caminos que señalara Marx”.  No por casualidad, a mediados del año pasado se publicaron algunos artículos donde se destacaba el tipo de liderazgo pragmático del presidente Maduro, a diferencia del liderazgo carismático del Comandante Chávez. De otro lado, Triana Cordoví ha afirmado que en esta nueva etapa que se abre para Cuba “hay que ser pragmáticos”.

En otras palabras, lo que ocurre en Cuba está mandando un poderoso mensaje a la izquierda venezolana y latinoamericana, y tal vez una importante lección. ¿Elegirá la izquierda ver esa realidad? ¿De qué izquierda estamos hablando? ¿El antiimperialismo de hoy está más cerca de Mariátegui o del APRA? No es nuestra intención establecer juicios morales ni mucho menos hablar de salto de talanqueras, sobre todo cuando imaginarse a economistas como Jesús Farías o Ricardo Sanguino adoptando el lenguaje de Triana Cordoví, así lo sugeriría.

La idea de igualdad

Centrémonos en la idea de igualdad, sobre todo en lo que se podría considerar como la igualdad mal entendida en el contexto de los procesos políticos históricos de emancipación social. Cuando Schemel inquiere a Triana sobre cuál es la sociedad socialista a la que aspira Cuba, este plantea una sociedad en la que “las personas puedan desarrollarse de una manera amplia, en base a su trabajo y su contribución al país”.

Recordemos, que producto del debate sobre el socialismo en los últimos años, hemos definido a la sociedad socialista como aquella que ha logrado crear y garantizar las premisas sociales necesarias para la realización de las potencialidades de todos. La clave aquí, y así parece indicarlo la historia, es que este propósito solo puede alcanzarse con el concurso de todos los sectores de la sociedad, indistintamente de los antagonismos y contradicciones históricas.

Para Triana Cordoví, la sociedad socialista es aquella en la que la gente tiene igualdad de “oportunidades para poder crecer” y, lo siguiente es lo más importante, en la que obtiene “retribuciones desiguales en función de su aporte a la sociedad y a la economía del país”. En este punto, Schemel citó una reciente reflexión de Raúl Castro sobre el tema, y que no he visto que hayan citado ningún pensador de izquierda. Refiriéndose a los cambios que se están dando en Cuba, Castro habló de “una sociedad menos igualitaria pero tal vez más justa”.

Triana fue certero, cuando señaló que “Cuba practicó una igualdad sin límites que generó injusticias”.
A pesar de que no es nada nuevo, esta reflexión sobre la igualdad ha estado ausente ―o no ha estado lo suficientemente presente― en los debates político-ideológicos que se han dado en los distintos espacios en los últimos años en Venezuela. Sin embargo, pensamos que el presidente Maduro lo ha venido planteando desde hace tiempo, así como Chávez en su momento: la idea de justicia. Y la justicia consiste en ser justo, no en ser bueno o “igualitario”.

No es nada nuevo, porque todo el debate se resume en aquella reflexión de los socialistas franceses que fuera tomada por Marx: “De cada cual según su capacidad, a cada quien según su necesidad”. La variación de esta última, sería el camino socialista moderno, de acuerdo a la reflexión de Triana: “De cada cual según su capacidad, a cada quien según su trabajo”.

Las ideas que encierran estas frases reflexivas, parecen resumir todo el debate de fondo sobre cuál es la sociedad socialista que debemos construir; una sociedad en la que la injusticia social generada por el capitalismo como sistema productor de desigualdades, no sea sustituida por una sociedad de injusticia social generada por un socialismo levantado sobre una idea de igualdad mal entendida.

Es verdad, que cuando la deuda social en un país es alta, es necesario implementar políticas “igualitarias” de masiva inclusión social. Esta es la etapa que parece haber superado Cuba hace tiempo, ¿La habrá superado Venezuela?

@maurogonzag

Volver a la Página Principal

No hay comentarios:

Publicar un comentario