La verdad es que para nada nos extrañó el “Adios al chavismo” de Roland Denis, como seguramente tampoco le extrañó a muchos, ya desde hace bastante tiempo este compa, como el mismo lo confiesa en su Adios, venía despidiéndose.
La visión de Roland acerca de cómo llevar a cabo una revolución ha distado mucho de lo que ha ocurrido en estos 16 años de historia. Sus propias confesiones así lo confirman.
En el plano teórico quizás probablemente este luchador y pensador revolucionario tenga razón. En este terreno quizás haya avanzado de tal forma en la “comprensión” de nuestro contexto histórico social que no es difícil admitir que tiene razón en su propuesta para encaminarnos a una revolución verdadera.
El fracaso de Roland, como de muchos otros de esa vieja izquierda ortodoxa, ocurre cuando sus ideas y planteamientos se trasladan al terreno de los hechos, de la realidad concreta. Y fue en ese terreno precisamente donde el Comandante Chávez, el nuevo “caudillo” ese, en lenguaje rolandeniano, raspó a todos los revolucionarios de estos tiempos.
El chavismo no ha desapareció con la muerte de Chávez, a pesar de los bandazos que ha dado por los avatares a los que se le somete. De haber sido así apenas habría sido un hombre y un nombre el chavismo es más que eso.
El bolivarianismo no desapareció con la derrota política y la muerte física de Bolívar. Después de mucho tiempo en estado de hibernación los ideales del Libertador resurgieron con Chávez para promover una segunda independencia, después de 200 años de iniciada esta gesta.
Las razones de Roland en relación al chavismo son de él y se le respetan, entre ellas esa de la cuenta que le tenía a Chávez por esa soberbia por la que lo “pateó”. Pero las razones del pueblo chavista son del pueblo y eso debe respetarlo Roland. Un pueblo que nunca consideró soberbio a Chávez y que si algo le cuestiona es que le faltó ejercer el caudillismo en favor de los excluidos y los expropiados y en contra de los explotadores.
Posiblemente hace bien Roland en despedirse oficialmente del chavismo, así quizás tenga tiempo para emprender proyectos concretos con comunidades de hombres y mujeres del pueblo en búsqueda de su emancipación. El asunto es que quizás aquí tenga la limitación de que ellos sean “chavistas de corazón”. Más allá de los farsantes, ladrones, mentirosos y traidores que se disfrazan de chavistas y que abunda en la Venezuela de hoy.
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