Partiendo del hecho de que el gobierno no termina de explicar convincentemente el asunto de la “guerra económica”, mucha gente termina lógicamente pensando que este es un falso argumento que sirve para justificar la “incapacidad del gobierno”, esto mismo puede terminar pasando con el “paramilitarismo” que desde hace un tiempo venimos padeciendo como fenómeno importado al país.
El mismo gobierno ha banalizado tanto el tema de la guerra económica, quizás como consecuencia de propagandas mal diseñadas y de políticas comunicacionales deficientes, que más que explicar con claridad causas, consecuencias y efectos, para muchos este no es más que un “comodín”. No han sido pocos los voceros del gobierno que apelan, al revés y al derecho, a la “guerra económica”.
En un país como el nuestro, donde todo el mundo quiere saberlo todo, no es extraño que veamos a tantos declarando sobre la guerra económica; no importa la responsabilidad, ni el cargo que se ocupe; ya sea un Ministro, Diputado, Gobernador, Alcalde o el más modesto vocero de un Consejo Comunal, todos hablarán de manera categórica del asunto, empeñados en no dejar dudas sobre su conocimiento y manejo del mismo. Lo que casi nadie logra es explicar convincentemente causas, relaciones, consecuencias,procesos en torno al tema del que se habla.
Debe el gobierno diseñar una estrategia comunicacional dirigida a explicar el “paramilitarismo” que desde hace un tiempo venimos padeciendo. Más que recurriendo a meras propagandas repetitivas, en muchos casos vacías de contenido acerca del tema, parece urgente que se apele a estudios serios que conduzcan a una política de divulgación sistemática del asunto intentando explicar fenómenos complejos que no son tan fáciles de explicar en pocos segundos con simples “spot” publicitarios, típicos de la propaganda capitalista para vender mercancías.
Hoy, cuando están muy de modas las redes sociales, parece indispensable que la Revolución pueda explicar, más allá de 140 caracteres, con toda la rigurosidad que lo amerita qué es el paramilitarismo y cómo éste se ha instalado en la política colombiana y actualmente está siendo incorporado a la política venezolana como un recurso para derrotar a la revolución que tiene un enemigo poderoso más allá de nuestras fronteras y que no descansa en su plan de reapropiarse de las riquezas petroleras.
Alguien dijo, hace un tiempo, que no imaginemos que los paramilitares en Venezuela están como contigentes de hombres uniformados armados atrincherados o desplegados en ciertos territorios. No, en la mayoría de los casos el paramilitarismo lo encontraremos en gente que pasa por común y silvestre, como los chicos estos que desmembraron a la señora con la que meses atrás militaban en las guarimbas y que ahora confiesan que “se les pasó la mano”. Será imposible que esto se explique convincentemente y se difunda ampliamente entre la gente.
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