domingo, 2 de agosto de 2015

Gregorio J. Pérez Almeida: ¿Qué hacer con el Esequivo?

En primer lugar, aclaremos que el señor David Granger, por muy estudiado que sea, es un malandro, instruido en la Escuela de las Américas, de poca talla al que le pagaron los gringos para que se pusiera una “paja” en un hombro y le gritara a Nicolás ¡A que no me la tumbas, guevón! Y si Nicolás no le hace caso a la primera provocación debe gritarle ¡Ayer me pegué a tu novia! Y si no cae en la segunda, entonces gritará ¡Tu mamá es una zorra! Y así seguirá el malandro hasta que logre su objetivo de hacer que Nicolás le de un empujón o una cachetada… para que venga su hermano mayor con la pandilla.

 Luego de esta aclaratoria callejera, respondamos la pregunta.

1)     Las posibles fuentes de divisas que están en la zona esequiva no tienen peso activo en nuestra economía. Ni el gas ni el petróleo ni ningún otro mineral o hidrocarburo, estratégico o no, que ahí se encuentre forma parte de nuestra planificación nacional en el presente ni el futuro mediato mucho menos el inmediato. Nunca hemos necesitado de ellos para sobrevivir. Todos los yacimientos de gas, petróleo, oro, plata, etc., que podemos explotar soberanamente están en nuestro legítimo y reconocido, histórica y mundialmente, territorio nacional terrestre y marítimo. Los de petróleo y gas están en la Faja del Orinoco, por ejemplo, uno de gas, dicen que el más grande del mundo, lo explota PDVSA con REPSOL, la petrolera española. Y así podríamos seguir enumerando las asociaciones estratégicas del Estado venezolano con casi todas las empresas petroleras nacionales y privadas del mundo en la explotación de dicha faja de la que, por cierto fue excluida la Exxon Mobil ¡Qué arrecheara!

2)     Debido al derrame de petróleo en el mercado mundial provocado por el fracking, la Exxon registró una reducción del 50% de sus ganancias en el segundo trimestre de 2015, por lo que no debe estar dispuesta a invertir en exploraciones con futuro incierto, sobre todo sabiendo que puede volver a perder con Venezuela en otro litigio internacional. De hecho ya retiró su barco explorador de las aguas marinas del Esequivo.

Descartadas las motivaciones económicas, nos quedan las geopolíticas que trascienden la disputa entre Venezuela y Guyana por el Esequivo y se insertan en la disputa mundial por el control de los espacios económicos, sus recursos y mercados, entre las grandes potencias emergentes, China y Rusia, y las viejas potencias de Europa y Estados Unidos (EU).

3)     Ya no es secreto para nadie que EU ha perdido mucho terreno en los mercados europeos y euroasiáticos ante el avance de China y Rusia en esas zonas. Lo demuestra el fracasado intento de bloquear económicamente a Rusia por parte de la Unión Europea con motivo de la guerra en Ucrania. Parece que les salió el tiro por la culata y la respuesta es el fortalecimiento del poder binacional o bilateral de Rusia y China que ya tienen un banco que competirá con el FMI y, además, –no cualquier “además”- se vislumbra el surgimiento de otra(s) moneda(s) de referencia internacional que competirían con el Dólar yanki y desvalorizarían al Euro, y en cuyo intercambio se pueden incluir América Latina y el Caribe. 

4)     Esta realidad hace que EU desespere por recuperar su presencia en América Latina y el Caribe que ha disminuido por el avance de “la espada de Bolívar” luego del triunfo de la revolución bolivariana en Venezuela, bajo el liderazgo del Comandante Hugo Chávez Frías, que asumió como precepto de la era post Unión Soviética, la consolidación de un mundo multipolar en el que los BRICS son componentes determinantes. Y su desespero tiene cara de guerra y cuerpo de violencia, por eso el malandrín de Granger y su actitud exageradamente provocadora y ofensiva, fuera de los parámetros normales de la confrontación diplomática moderna. Ni el malandro mayor de Uribe se atrevió a tanto contra Chávez. Claro, hay que reconocer que existe una diferencia evidente entre un capo mafioso y un simple peón del imperio que es utilizado para crear una crisis internacional por un diferendo territorial que nunca existió con Colombia. O sea, que a Granger se la pusieron bombita.

5)     La guerra entre Venezuela y Guyana es una carta que se juega EU para recuperar sus espacios económicos perdidos en Suramérica, porque la existencia de la UNASUR y la CELAC le impiden que lo hagan por medio de golpes de Estado como han hecho en Centroamérica. Ayer lo dijo el Presidente Nicolás Maduro, EU no da golpes de Estado en Suramérica porque no puede y no porque no quiere.

6)     Hay que estar moscas porque deben estar cocinando acciones violentas en territorio guyanés con fuerzas mercenarias que utilizarán uniforme militar venezolano para desencadenar el conflicto armado que rompería con la integración suramericana y caribeña liderizada por Venezuela y permitiría a fuerzas militares estadounidenses posicionarse en el Delta del Orinoco y de ahí al corazón de la faja petrolífera hay un salto de rana. Cuando las Malvinas, EU no activó, como debía, el TIAR para apoyar a Argentina, entonces no es desatinado pensar que en caso de una guerra entre Venezuela y Guyana, el Reino Unido no intervenga para defender a su ex colonia. Al fin y al cabo el fondo del asunto no es la ocupación territorial sino el negocio petrolero, es decir, económico (como lo demuestra el caso de Libia) y eso no se negocia en combate sino en oficinas con aire acondicionado. Al combate van los pendejos ¿no han visto la película “leones por corderos”?

¿Qué hacer con Guyana? Lo que se viene haciendo. Hacia fuera: utilizar los mecanismos diplomáticos, el diálogo directo y la mediación internacional. Dejar a Granger en su show, porque ¿cuánto tiempo puede estar un malandro gritando en el medio de una plaza sin que nadie le pare pelotas? Hacia dentro: seguir profundizando en la cohesión y unidad nacional en torno del proyecto bolivariano de soberanía e independencia para ampliar la base social del gobierno que nos permita ganar holgadamente las elecciones parlamentarias y las que vengan. Así de simple y “electorero” es mi cálculo, porque nuestra revolución se mantiene con los votos y éstos los tenemos que lograr no a través de ofertas demagógicas ni de chovinismos trasnochados, sino mediante procesos de concientización popular del ser nacional y este incidente con Guyana, es una de esas oportunidades estelares que nuestros enemigos nos brindan para hacerlo.


Y a “mister grangena” hay que dejarlo con sus dreadslos hechos y soñando que pasará a la historia oficiosa, made in usa, como el David guyanés que se enfrentó al Goliat venezolano… ¡pendejo te dije ya!

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