jueves, 11 de junio de 2015

Luis Fuenmayor Toro: Tenía tiempo camarada…

No puedo decir que lea siempre los artículos de Earle Herrera, cosa que en cambio sí hacía en el pasado adecocopeyano. En un cierto período perdí contacto con sus escritos, a lo mejor por prejuicios, sectarismo o con razón, a pesar de esa comodidad que da la Internet de no tener que salir a sabanearlos en los kioscos. En algún momento los comencé a recibir de nuevo, por lo que usualmente los leo. Tengo muchísimo tiempo sin hablar con Earle; la última vez cruzamos simplemente un saludo de dos minutos en un restaurante en Santa Mónica, donde me encontraba conversando con otro gran amigo, a quien no nombro pues no sé si le haga perder el trabajo que tiene en este momento.

Alguien pensará que tengo muchos amigos en el Gobierno, a lo mejor demasiados para su gusto, pero es lógico que así sea, pues a pesar de que ellos saltaron la talanquera y algunos no se han dado cuenta, durante muchos años estuvimos en la misma senda enfrentando gobiernos represivos, hambreadores del pueblo y corruptos, solo que yo sigo en eso y otros lo dejaron, espero que momentáneamente. Pero también tengo buenos amigos en eso genérico que llaman la oposición y que para los chavecos significa MUD, pues no reconocen a los opositores que estamos más lejos de la MUD que ellos mismos. Tampoco los mencionaré, no sea que el cogollo mudeco los defenestre.

Pero volviendo… Hace 2 semanas leí un artículo de Earle en este diario que, sin decirlo, deja sentir sus actuales preocupaciones y sinsabores, y que me recordó instantáneamente sus escritos del pasado adecocopeyano, por la fuerza de la denuncia, la prosa incisiva de la queja y la desesperación irónica ante la impotencia de no poder ayudar a quien perdió su vivienda a manos de un inquilino sinvergüenza, protegido hoy como lo era ayer. Tenía tiempo, camarada, que no lo leía con tanto placer. Ojalá todos los poderes terrenales y celestiales por ti invocados atiendan tu reclamo, pero no solo en el triste caso que señalas, sino en los miles de casos que una ley nefasta, ideologizada y demagógica, generó, tal y como lo habíamos previsto. Y te recuerdo que puedes desde la Asamblea impulsar un cambio legal que haga justicia, porque no todos los inquilinos son gente buena y necesitada ni los arrendadores sinvergüenzas aprovechados.

@LFuenmayorToro / ÚN

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