En horas de la noche de este jueves, se conoció la noticia de la sentencia que condena al militante opositor Leopoldo López a 13 años, nueve meses, siete días y doce horas de cárcel. La jueza Susana Barreiros declaró la condena, una vez cerrado el debate oral y público del juicio, reportó esta mañana el diario Últimas Noticias.
Como el país lo sabe, López estaba siendo encausado por ser el responsable de las guarimbas violentas que se iniciaron el 12 de febrero de 2014, las cuales se prolongaron por varios meses y dejaron el lamentable saldo de 43 muertos y alrededor de mil heridos. El día 12 de febrero, López encabezó una concentración de militantes de su causa en Plaza Venezuela, de la cual se obtuvieron varios registros de su abierta instigación a la violencia y de la propuesta golpista llamada “La salida”, la cual fue apoyada por acción u omisión por toda la oposición venezolana.
Ese día, marcharon hasta la sede del Ministerio Público, uno de los poderes públicos del Estado venezolano ubicado en Parque Carabobo, donde estos “militantes” mezcla de estudiantes opositores y grupos terroristas infiltrados, iniciaron una serie de actos vandálicos que incluyeron la destrucción de la fachada del edificio, de la plaza adyacente, la quema y vuelco de vehículos y hasta insultos depravados dirigidos hacia la Fiscal General de la República. Los hechos están bien documentados y cualquiera que no viva en Venezuela y que en realidad desee informarse lo puede hacer recurriendo a las fuentes adecuadas, entre las que dispone de cantidad de medios oficiales y alternativos.
De inmediato, algunos pudimos ver el tratamiento que le dio a la noticia el canal CNN en español. Aunque ya sabemos cuál es la “línea” de este instrumento ideológico del establishment comunicacional al servicio del imperio neoliberal, lo que ocurrió merece que le dediquemos algunas líneas. Lo primero fue la llamada de María Corina Machado, aliada de López en la estrategia golpista de “La salida”. Cuando el ancla del canal, Carlos Montero, la inquiere sobre cuáles iban a ser las acciones que tomarían en adelante, esta respondió que López no estaría preso esa cantidad de años porque este “régimen” estaba en transición y pronto se acabaría.
Machado, prácticamente reincidió en la actitud golpista, afirmando que pronto se acabaría el régimen de Maduro y López quedaría en Libertad. Ante semejantes declaraciones, Montero le recordó que López había sido sentenciado precisamente por haber promovido acciones inconstitucionales como “La salida”, y le preguntó si no temía correr con la misma suerte, dado que estaba sugiriendo la misma propuesta de “La salida”. Pero en Venezuela ya se conoce el historial y la actitud de Machado.
Vino el turno de Patricia Janiot, otra de las anclas del canal que ha demostrado reiterada y abiertamente su anti-progresismo y su anti-chavismo. El propio Chávez la encaró en varias oportunidades, denunciando su actitud mentirosa y manipuladora. Esta vez, Janiot presentó un reportaje audiovisual sobre Leopoldo López propio de esa industria de la manipulación de las emociones llamada Hollywood. La mentira central se introduce desde el principio, toda vez que ni siquiera hablan de su participación en el golpe de Estado de 2002 y sus posteriores conspiraciones.
El reportaje difundido por CNN, se inicia con las palabras que López ofreció momentos antes de entregarse a las autoridades venezolanas en las adyacencias de la plaza Brión de Chacaíto o, más precisamente, cuando estaba siendo rescatado por Diosdado Cabello luego de que este advirtiera a su familia sobre un plan para asesinar al líder opositor, orientado a generar el caos que las guarimbas al final no pudieron causar. En ese momento, megáfono en mano, López hace un llamado a mantener la calma y a no generar violencia.
La manipulación está, como siempre, en que Janiot presentó tales palabras como las que López dijo el 12 de febrero en Plaza Venezuela antes de iniciarse la violencia terrorista en Parque Carabobo, cuando estas en realidad las dijo en Chacaíto al momento de entregarse, cuando ya la violencia estaba desatada en alrededor de 18 municipios del país y habían ocurrido las primeras muertes lamentables. Lo que hizo López el 12 de febrero fue llamar a la violencia en las calles hasta “salir de este Gobierno”. Nada Constitucional Watson; y además tenía antecedentes.
Recordemos que las guarimbas “se le escaparon de las manos” a estos irresponsables, y que el Estado detuvo en los meses sucesivos, en medio del combate a esa violencia criminal, a decenas de individuos con prontuario, solicitados por interpol, cuando no eran directamente mercenarios o paramilitares. Mientras la oposición reclamaba su derecho a la protesta pacífica, estos individuos eran detenidos con armas largas de alto calibre, granadas y hasta bazucas caseras que daban cuenta de entrenamientos subversivos especiales que, si estamos en lo cierto, no se ofrecen en las universidades privadas del país.
Finalmente, el Tribunal condenó a López luego de que el Ministerio Público demostrara una relación de causa y efecto entre los llamados de López a protestar y los delitos de instigación pública, asociación para delinquir y determinador en daños e incendio. Tales fueron los cargos que se le imputaron. Esa es la realidad, la cual habla del fin de la tradicional impunidad en Venezuela.
Amaury González V.
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