Los llamados “patriotas cooperantes” que le suministran información al conductor del programa “Con el mazo dando”
y presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, y que este
divulga en su programa, están comenzando a causar un malestar en algunos
sectores de la posición que ya parece convertirse en histeria.
Así lo demuestra el editorial de hoy del diario El Nacional,
en su versión web, el cual se intitula “sapos cooperantes”. Sin
necesidad de leer el contenido del texto, el solo nombre, la connotación
de las palabras, ya dejan la estela de la cólera y la intención
ofensiva hacia estas personas. Para disimular el ataque, y como se trata
de un editorial, este recuerda un episodio ocurrido en los primeros
años de la Revolución rusa, en el que Vladimir Lenin habría sido
maltratado y robado en Moscú por una de las bandas armadas que “actuaban
como jueces y señores de la noche moscovita”.
Según el editorial,
el pintoresco incidente se pudo conocer gracias a que investigadores
rusos ―suponemos que recientemente― tuvieron acceso a los archivos de la
policía secreta. Estos informes, habrían sido alimentados tanto por
agentes como por “sapos rojitos cooperantes”, en clara alusión a los
patriotas cooperantes que por lo general informan sobre las andanzas de
individuos que parecen no cejar en sus pretensiones de atentar contra
los intereses de la República. La historia, según, terminó con la furia
desatada de un Lenin indignado y desconcertado, que termina impulsando
un operativo en la ciudad que termina con algunos presos.
Pero la
cumbre del editorial, es la comparación que hacen de estos detenidos con
“Leopoldo López y decenas de estudiantes”, los cuales, por analogía,
también habrían sido detenidos por una mera persecución política con
tintes de venganza.
Lo que podría convertirse en una campaña sistemática contra los patriotas cooperantes, contó también con las recientes declaraciones del alcalde del municipio Baruta, el opositor Gerardo Blyde,
quien afirmó que los personajes estarían violando el artículo 57 de la
Constitución, el cual se ubica en el capítulo III de los Derechos
Civiles de la Carta Magna. De acuerdo a su “denuncia”, el carácter
anónimo de los patriotas cooperantes sería el factor atentatorio contra
el texto legal mayor.
El pueblo venezolano conoce la Constitución,
pero vale la pena leerse el artículo, sobre todo porque es el que
consagra la libertad de expresión. Lo cierto es, dado el debate, que
quien tiene el programa y asume la responsabilidad de lo dicho en él, su
conductor, no los cooperantes, quienes serían sus informantes
privilegiados, su fuente confidencial.
Editorial PoderenlaRed.com
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