Fernando Hugo Azcurra – Economista. Modesto Emilio Guerrero, periodista. Bs. As. Diciembre de 2015
¡No! No se trata de Jesús el Cristo de la religión cristiana. Se trata de Jesús Faría, integrante de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, y la serie de opiniones y recomendaciones económicas que sugiere para salir de la crisis que vive Venezuela, expuestas en una entrevista publicada por Correo del Orinoco del 15/12/15, pp. 16-17.
El enfoque teórico y filosófico de nuestro Jesús, pasa por entender que: “Cualquier medida que tomemos debe estar destinada a proteger al pueblo. No habrá un proceso de empobrecimiento de la población, ni tampoco elevación de las desigualdades. Pero tenemos que recortar gastos superfluos que alimenten la burocracia o que vayan a financiar proyectos de gran envergadura que en estos momentos no podemos llevar a cabo; hay que reducir las corruptelas, mejorar la eficiencia de los recursos y garantizar que los recursos tengan el impacto que se busca. Hay que evitar desviaciones y derroches. En nuestro diagnóstico la transformación del Estado es crucial”.
La protección del pueblo que propone Faría consiste en que “no habrá un empobrecimiento de la población ni tampoco elevación de las desigualdades”, o sea Faría nos asegura que seguirá habiendo pobres y desigualdades pero que éstas “no se elevarán”.
Guerra de la burguesía contra el pueblo
“otras manifestaciones de lo que se ha llamado la guerra económica, como la especulación galopante, que se fundamenta en la voracidad de un empresariado que se enriquece y que aporta a la estrategia de debilitar el Gobierno Nacional”, diagnostica. El parlamentario evalúa que hay “un afán desmedido, cuestionado desde todo de punto de vista en lo ético y en lo moral”, que se fundamenta “en la especulación cambiaria, en la especulación con los precios”. Pero además no se debe obviar “la conflictividad, la búsqueda del poder por parte de actores políticos asociados con estos grupos económicos”. El Gobierno tiene la obligación de combatir todo esto, sentencia, ya que “nosotros esperamos que los enemigos de la Revolución arremetan, y la obligación de la Revolución es revertir esos ataques”. Se mantiene, sostiene el diputado, un contexto económico que favorece el desarrollo de tendencias “que impactan terriblemente en la economía y en la sociedad venezolana”.
Para nuestro Jesús, la guerra económica contra el pueblo venezolano desatada por la burguesía como socia del Imperio y su guerra de desgaste prolongada “se mantiene… y favorece el desarrollo de tendencias que impactan terriblemente en la economía y en la sociedad venezolana”, esto es, el plan de derrocamiento del gobierno popular “favorece el desarrollo de tendencias” que “impactan en la economía y la sociedad venezolana”. Síntesis: la lucha de clases contrarrevolucionaria es sinónimo de “tendencias”, es decir, para Jesús no es el centro vital del conflicto a la que está sometida toda la sociedad de Venezuela.
Incapacidad de administrar la crisis
Se debe examinar, con franqueza, “si estuvimos en capacidad de superar las causas y los efectos de la crisis económica, y es evidente que no lo hemos hecho”. La respuesta negativa, enfatiza, indica que “hay que aplicar correctivos profundos para combatir esas manifestaciones, para corregir causas de esos problemas y para enfrentar un año 2016 muy delicado por la tendencia al descenso que muestran los precios petroleros en los mercados internacionales”. También se deben identificar los instrumentos de política económica que se emplean para combatir los impactos “de los ataques económicos a los que somos sometidos, y para superar el modelo económico que atenta contra el futuro de la Revolución”
Para Faría ante “la” crisis el gobierno no ha sabido “superar las causas y los efectos” producidos, por lo cual hay que “identificar los instrumentos de política económica que se emplean para combatir los impactos”, ergo “la” crisis es una cuestión de pésima políticas que no han sabido “identificar los instrumentos” adecuados, no es una cuestión de lucha de clases en la que está embarcada la burguesía y el Imperio sin que les interese otra cosa que desalojar del poder político al chavismo, por lo cual asedia, acosa, asfixia, agrede, acapara, especula, de modo permanente, buscando (y logrando) que toda supuesta “política identificatoria” haga agua porque en el intento mismo de responder con medidas de administración económica está el error ante lo que la contrarrevolución le plantea: política de desestabilización y agresión sin descanso. ¡No se trata de mala identificación de instrumentos! Se trata de ¡lucha de clases! Y la respuesta ante la política de fuerza reaccionaria ha de ser oponer una política de mayor fuerza revolucionaria: atacar el poder económico de la burguesía interna, asediándola, acosándola, asfixiándola hasta movilizar a la población a que se haga cargo de la propiedad privada de las empresas y continúe mejorada la producción de bienes y servicios. ¡Aceptar el desafío escuálido y doblar la apuesta!
Rectificación en la administración
¿Esto o alguna variante política de lo expuesto es lo que propone Faría? Nó ¿qué propone? Pues que “tenemos que evaluar la eficiencia de las políticas económicas” y “si las estrategias y políticas que hemos adoptado han sido las correctas”, porque “Si hay un resultado electoral muy negativo como consecuencia de la situación económica”. La rectificación en materia económica “se debe llevar a cabo lo antes posible, porque todo día que transcurre es tiempo perdido para acometer cambios profundos que se deben dar en lo económico, atendiendo a la dinámica que se abre en 2016, cuando la oposición tiene la clara intención de propiciar un escenario de conflictividad política e institucional, con la finalidad de que se produzca una crisis política que impacte, aun de manera más negativa, en lo económico”.
De manera que para Faría lo principal no es la guerra de clases sino la de dar con una “acertada” política económica que el gobierno no ha sabido implementar, si bien es cierto que “Por los momentos la misma conflictividad política impidió el desarrollo de una política económica con estas características”, ¡Lo principal toma en Faría el carácter de una simple “alusión” porque para él “ la crisis no había llegado a estos niveles y “la necesidad de rectificación, como resultado de una derrota política, no estaba planteada”.
Y ahora nos propone un toque de distinción y seriedad: La economía “es una ciencia” que no se trabaja “con caprichos ni con voluntarismo”; por el contrario, “tiene que atenderse desde una visión objetiva, sustentada en hechos reales, y tenemos que hacer un esfuerzo para que la economía vuelva a radicar en torno a las realidades”. Para Faría la economía y la política van por andariveles distintos, por un lado la política y sus vicisitudes, por el otro la economía y su veracidad, la política que no se apoye en la economía será ciega. Por eso hay que volver a la seriedad. El Sr. Jesús (y no el de la cruz) tiene una concepción burguesa vulgar de la economía: es una ciencia dice ¿Cuál economía es una ciencia mi Sr. Jesús? ¿la de los manuales, la de Hicks, Samuelson, Friedman, e incluso Keynes? esto es ¿la economía del capital y de la burguesía o la economía de Marx basada en los trabajadores y actividad fundante de toda sociedad, ya que sin su labor no es posible la existencia de sociedad alguna en cualquier época histórica? Nuestro Jesús calla al respecto. Supongamos, no obstante, que él no es un economista burgués sino un economista marxista, entonces, ¿por qué utiliza ideas y vocablos de la economía burguesa vulgar? Fijémonos: “El parlamentario sentencia que el llamado a la rectificación hecho por el presidente Nicolás Maduro “va en esa dirección y confiamos en que en las próximas semanas se tomarán progresivamente medidas muy importantes para garantizar el crecimiento de la economía en condiciones de equilibrio macroeconómico, todo ello en función del bienestar del pueblo y de potenciar la contraofensiva política que se inicia desde el chavismo”… tenemos que evaluar la eficiencia de las políticas económicas” ya que es obvio, admite, “que las políticas económicas adoptadas no han sido las más adecuadas”.
Es urgente actuar, insiste. “El tema económico será fundamental y determinante en este año que comienza y al menos en los dos años sucesivos”, para nuestro Jesús el conflicto en Venezuela es económico (manejo correcto de los instrumentos de política económica) y no político, guerra de clases ofensiva de la burguesía y el Imperio. Él cree que esto se dirime en términos de “eficiencia en la administración del capital interno” y no de lucha a muerte entre burguesía y trabajadores.
Por lo demás todas sus recomendaciones están orientadas en tal sentido: a) simplificación cambiaria; b) elevar “eficiencia” del gasto público, que, dicho sea de paso, nuestro Jesús se come el argumento falaz de la economía burguesa de los manuales y de sus economistas, de hablar de “gasto público” no de Inversiones Públicas, nunca se le pasó por la cabeza pensar por qué cuando se habla del capital privado éste invierte, pero si se trata del Estado lo que hace es “gastar”, típica posición burguesa en economía, he aquí lo que dice: garantizar la aplicación eficiente de los recursos; típica expresión de la economía burguesa; c ) que el capital pague los impuestos porque “hay una élite muy reducida, que incluye la banca y grandes corporaciones, cuyo tributo real al Fisco es realmente vergonzoso” ¡cándido Jesús! ¿para qué? ¿para que los “administre” su enemigo, el chavismo? Tampoco se le ha pasado por la cabeza la necesidad de expropiar y/o confiscar a esa clase ¡nó! ¡¡líbreme Dios!
Hay que acordar con la burguesía
¿Qué se debe hacer, entonces, con la burguesía? Pues nada menos que establecer ¡acuerdos! “debemos aplicar estrategias coherentes que involucren estímulos importantes a la producción nacional, tanto en el sector público como el privado”, puntualizó Faría. Es indispensable buscar “espacios de acuerdos entre el Gobierno y el sector privado”, lo que no se hizo antes “por la conflictividad política”.
Ahora llegó un momento “en el cual debe haber un diálogo y debate, y debe existir un entendimiento general en relación a la necesidad del desarrollo del país”. En función de eso se debe diseñar una política, plantea Faría, “para que este sector aporte al crecimiento de la economía”. Recalca que hay muchos espacios en los cuales se puede trabajar, como “el diseño de planes de inversión en sectores determinados, con estímulos fiscales, por ejemplo”. Existe, certifica, “un espectro importante en el diseño de precios que garanticen cubrir costos y ganancias razonables”, así como en “la planificación de la asignación de divisas, la promoción de exportaciones con estímulos importantes, fiscales y cambiarios, que promuevan esa actividad”.
El legislador plantea “asociaciones estratégicas, empresas mixtas con garantías plenas para los empresarios privados” y otras opciones “para que la economía privada pueda reactivarse”. Esto incluiría “al capital extranjero, ya que se debe abrir el compás al capital extranjero con condiciones de respeto para nuestra soberanía”. Hace una mención especial al sector agrícola: “Buena parte de los experimentos y las enormes inversiones no se tradujeron en los resultados esperados”.
¡Aquí está el verdadero sentido de toda su monserga eficientista y científica de “su” ciencia económica! ¡Hay que arreglar con la burguesía! Después de lanzar al lector toda una cátedra mentirosa sobre la economía y el equilibrio necesario macroeconómico mediante políticas “adecuadas”, etc. etc. muestra cuál es la verdadera finalidad de nuestro Jesús: reconocer el capitalismo y dejarse de pavadas con el socialismo y otras yerbas. Nó, Jesús no lo dice así, así piensa pero no lo puede escribir con absoluta claridad y honestidad intelectual ya que él es diputado chavista. Para no quedar mal con la fe, Faría en varios pasajes de su entrevista hace mención al socialismo y la revolución ¡pura cháchara insostenible en los hechos, además, desmentida por sus mismos dichos!
Nuestro Jesús olvida que en las Mesas de Acuerdo con la Oposición del año 2014, fue pactado con la burguesía una parte de las medidas acuerdistas que se convirtieron, como era inevitable, en causas del actual desastre en el consumo, por ejemplo, hizo crecer la tasa de ganancia comercial de los importadores y comerciantes internos y dañó gravemente la economía del pueblo y a nuestro gobierno.
Pero nuestro Jesús ¿qué le dice al pueblo venezolano?, pues que “debe entender la explicación burguesa de la crisis” ¿cómo? acompañando al Gobierno en esta tarea de “invertir de manera racional recursos mucho más escasos”, otra expresión e idea de la economía burguesa vulgar. El pueblo “debe entender la gravedad del problema y de la crisis económica; debe entender que hay una reducción significativa de los ingresos y que la capacidad de atención del Estado no puede ser la misma, sin que esto signifique –como lo plantea el modelo económico de la derecha– que el ajuste o la corrección de los problemas se traduce en un colosal impacto social”. ¡El pueblo debe entender a la burguesía y a sus economistas como nuestro Jesús!
Y para rematar sus recomendaciones, Jesús se arropa con Lenín y la NEP, un autor canónico que suele usarse para ganar autoridad teórica ajena cuando no se la puede sostener con argumentos propios para una realidad concreta como la venezolana actual. Hace una transposición anacrónica y sin relación alguna con aquella situación afirmando que sus “recomendaciones” se han probado en otros países (?), Jesús Faría señala que la propuesta económica que formula “tiene su raíz en la nueva política económica de Vladimir Lenin, en los años 20 del siglo XX, cuando se salió del comunismo de guerra y se pasó a una apertura económica que le dio un impulso importante a la recuperación productiva y garantizó la supervivencia de la Revolución Bolchevique, en aquellos momentos muy azotada por la destrucción de la guerra”. Eso se ha aplicado de la misma manera en países como China y Vietnam, y ahora de forma incipiente en Cuba, ilustra el economista”.
¿Es posible tamaña impostura? Pues parece que si. Lo que nuestro Jesús calla es algo de importancia vital: 1º) en la Rusia soviética ya no existía la propiedad privada capitalista, ¿ocurre esto en Venezuela?; 2º) la primera guerra mundial y la invasión de su territorio por los aliados que financiaban a los blancos había recortado el territorio ruso en grandes extensiones dedicados a la agricultura (algún ejército extranjero invadió el territorio de Venezuela?); y lo más importante si se mira bien; 3º) el poder político-militar estaba en manos de un partido revolucionario-proletario ¿es esta la situación en Venezuela?
Diputado del PSUV Jesús Faría, por favor, no se pase de listo, la NEP no tuvo nada que ver con “eficientismo” ni “instrumentos adecuados de política económica”, fue una tregua para dar oxígeno a un proletariado ruso devastado, agotado, que había hecho proezas de heroísmo durante años y años y se estaba desangrando dejando sin base social al gobierno revolucionario comunista ruso, ¡Sr. Faría comunista! ¿tiene Venezuela un poder y un partido revolucionario que esté construyendo o se proponga el comunismo?
No se pueden comparar peras con albaricoque porque no da ningún resultado, y si diera alguno sería una falsedad teórica.
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